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El Colorete: Origen y Tendencias

El origen del colorete, como el de otros muchos productos cosméticos, lo encontramos en el Antiguo Egipto.


Las mujeres egipcias solían mezclar semillas, ocre rojo y extractos de diferentes frutos para crear una pasta que luego utilizaban para colorear sus labios y sus mejillas. Se han encontrado restos de productos cosméticos de diferentes calidades en las tumbas egipcias, por lo que podemos deducir que maquillarse era un hábito que se daba en todas las clases sociales.


En la sociedad grecorromana aparecieron los primeros “kosmetés” o personas que se dedicaban profesionalmente a la belleza. Son los antecesores de los maquilladores de la actualidad. En esta época era símbolo de buena salud llevar los pómulos en colores rojos muy fuertes. También aquí encontramos diferencias entre clases sociales; las mujeres patricias más adineradas utilizaban productos como alheña o cinabrio, mientras que las mujeres pertenecientes a la plebe aprovechaban los posos del vino para dar color a sus mejillas.


Con el inicio de la Edad Media surgió la moda de los rostros pálidos que perdurará prácticamente hasta el siglo XX. Los rostros de porcelana eran símbolo de poder económico, por lo que las mujeres no dudaban en blanquear su tez. El colorete sin embargo prácticamente desapareció hasta el reinado de Luís IV en Francia. En esta época los productos usados para dar rubor fueron el polen y el azafrán.


Durante el Barroco en España se comercializaba el “Color de Granada”, que se vendía en hojas de papel y se conservaba en las denominadas “salserillas”, recipientes pequeños y con poco fondo. En Francia el colorete se vendía seco o líquido, y para su fabricación se utilizaban componentes químicos nocivos para la salud, como el plomo o el mercurio. A pesar de provocar fuertes dolores de cabeza y problemas en la vista y en la piel, se calcula que las mujeres francesas compraban alrededor de dos millones de coloretes al año.


La forma de aplicación del colorete variaba en función del país, no obstante, siempre tendía a la exageración. En Francia, las damas de la corte de Versalles pusieron de moda aplicarlo formando grandes círculos debajo de los ojos. En España además de en el rostro se aplicaba en los hombros y el cuello.


A principios del siglo XX los labios rojos y el colorete rosa pastel fueron el arma utilizada por las mujeres francesas para reivindicar su libertad. Eran mujeres con familia, con trabajo y que además se preocupaban por el cuidado de su imagen.


Tras la Segunda Guerra Mundial, la eterna tendencia de la piel pálida finalmente terminó. La búsqueda del moreno se convirtió prácticamente en una obsesión. Se abandonaron los tonos rosados y melocotón para pasar a los tierras y dorados. Una vez más, el uso del colorete disminuyó como consecuencia del uso de los polvos bronceadores.


el colorete ha evolucionado desde los rojos más vivos hasta los tonos más neutros, pasando por los rosados y los marrones. Ya sabemos que la moda es un ciclo, las tendencias mueren, pero su esencia perdura y se reinventa con el paso del tiempo.


Como aplicarlo correctamente.


Para la correcta aplicación del producto, debes presionar el colorete con la brocha con suaves toques y después descargar el exceso de producto con la punta hacia arriba para que el polvo se reparta bien sobre el pelo. Siempre es mejor dar dos aplicaciones, que pasarse con la cantidad de producto y parecer un payaso. Corregir el exceso de colorete es bastante difícil y farragoso.

Después, dibuja un trazo con la punta de la brocha y repásalo haciendo círculos para que se difumine.


EL COLORETE EN ROSTRO OVALADO: Es la forma ideal según el patrón clásico de belleza. Lo ideal es aplicar el colorete en toda la mejilla con movimientos que vayan del centro del rostro y se vayan difuminando hacia todos los contornos. MEIREN Te recomienda coloretes en tonos afrutados que den salud al rostro.


¿Y SI TIENES LA CARA CUADRADA? Se caracteriza por unos pómulos prominentes y una mandíbula fuerte y dibujada que puede endurecer el rostro. Por lo tanto, con el colorete tenemos que tratar de endulzar las facciones. Aplícalo en la parte alta exterior del pómulo con movimientos circulares y consigue un aire joven y romántico. Usa coloretes suaves y femeninos como rosas para suavizar el look general.


EL BLUSH EN ROSTROS ALARGADOS Suelen tener los pómulos poco marcados y gran distancia entre los ojos y la barbilla. El colorete debe aplicarse en horizontal desde las aletas de la nariz hacia las orejas. Este efecto “dividirá” el rostro en dos mitades y lo hará más corto ópticamente. Los coloretes vivos favorecerán y llevarán la atención hacia esta parte del rostro.


SI TU CARA ES REDONDA…Son rostros carnosos donde difícilmente se marcan los huesos y contornos. Tienes que evitar aplicar el colorete sobre la mejilla. En vez de eso hazlo por debajo del hueso del pómulo, creando una línea imaginaria de mitad de la mejilla hacia las sienes de modo ascendente. Los tonos melocotón y tostados ayudarán a afinar el rostro.

 
 
 

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