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EXFOLIANTE CORPORAL: Beneficios, Tipos y Recomendaciones

Las células de la piel se renuevan de forma natural cada 28 días y la exfoliación ayuda durante este proceso; que con el paso del tiempo se hace más lento y menos efectivo.


Se trata de uno de los tratamientos de belleza más antiguos del mundo. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, Cleopatra se hacía baños de leche fermentada (realizando una exfoliación química a base de ácido láctico).


También se sabe que las mujeres se frotaban la piel con polvo de alabastro (realizándose una exfoliación mecánica).


El exfoliante es a veces el eterno olvidado.

Nos embadurnamos de cremas hidratantes, reafirmantes, anticelulíticas, pero en ocasiones nos olvidamos de la importancia que tiene la exfoliación en nuestra rutina corporal.


Y es que, al exfoliar la piel de nuestro cuerpo una o dos veces por semana, estamos eliminando las células muertas y además con este sencillo gesto conseguiremos una piel más suave, hidratada y luminosa.


En verano es fundamental para asegurarnos un bronceado luminoso y homogéneo y, durante el resto del año, para mejorar la absorción y la efectividad de nuestro tratamiento habitual.

Los exfoliantes son un elemento importante para mantener una piel joven libre de células muertas. La capa más superficial de la piel mejora, además de la actividad de los poros. ¿Por qué exfoliar? De esta manera nuestra piel se deshace con más facilidad de la capa muerta de la piel, que provoca que se vea más envejecida y apagada. A la parte más externa de la dermis, el riego sanguíneo no llega. Cuando nuestro rostro tiene un tono gris, se debe a que acumulamos muchas células muertas. En la exfoliación se encuentra la solución de este problema concreto.

Ahora que tenemos clara su importancia es el momento de conocer los tipos de exfoliantes que hay.

Aunque los más habituales suelen ser los de azúcar (de hecho, la mayoría de las recetas que vemos por YouTube o internet se hacen con este ingrediente) también existen exfoliantes a base de sal.

El uso del azúcar se remonta a los tiempos de los romanos que solían lavarse con una mezcla de azúcar, miel y leche.

Al ser más suaves que los que contienen sal (sus partículas son más pequeñas y menos ásperas) son perfectos para las pieles algo sensibles.


En el caso de la sal, los antiguos egipcios fueron pioneros en percatarse de los beneficios que tenía incorporar la sal natural a sus rutinas de belleza.

Una sal que combinaban con aceite de oliva o de almendra, rico en vitamina E, para rejuvenecer la piel.

Este tipo de exfoliantes está recomendado para pieles secas y es ideal para exfoliar partes del cuerpo muy resecas como los talones o los codos.


En ambos casos es mejor aplicarlos con la piel mojada con un masaje circular y aclarar con agua templada.


A continuación, describimos una clasificación de los distintos exfoliantes que existen para que cada uno pueda elegir cuál se adapta más a sus necesidades:

  • Naturales: contienen materiales orgánicos, trozos de plantas como el bambú, la cáscara de nuez, melocotón… su función es estimular la eliminación de la capa cornea de la piel que se encuentra inactiva. Los fragmentos naturales dentro del producto casi no se ven, pero se notan cuando lo aplicamos sobre el rostro o el cuerpo.

  • Mecánicos: las partículas exfoliantes de los mecánicos normalmente son duras y pequeñas. Con un suave masaje, se rascan las células muertas. Dependiendo del tipo de piel, el exfoliante contendrá partículas más o menos duras.

  • Base de minerales: cambiamos las semillas de melocotón o las nueces por el sílice o cristales de corindón.

  • Enzimáticos: este tipo de exfoliantes funcionan de diferente modo: Deben aplicarse encima de la piel y dejarlos actuar. Después de unos minutos, la piel se aclara. Este tipo de exfoliantes reblandecen la capa córnea de la piel, no se desprende de ella frotando. Las enzimas utilizadas pueden ser de piña, papaya u otro tipo de frutas.

  • Exfoliantes químicos: se encuentran en forma de polvo o crema. Eliminan la capa exterior de la epidermis. Algunos de los activos más utilizados son:

Ácido tartárico

Ácido kójico

Ácido málico

Ácido glicólico

Ácido láctico Ácido cítrico

Los hidroxiácidos son los ingredientes más usados en los exfoliantes químicos, que incluyen los Alfa hidroxiácidos (AHA) y los Beta hidroxiácidos (BHA). Los más famosos son el ácido glicólico (que proviene de la caña de azúcar), el cítrico, el láctico, el málico y el tartárico.


¿Peeling, gommage o scrub?

A menudo oímos hablar de los exfoliantes en estos términos, pero ¿a qué se refieren?

En primer lugar, los peelings son aquellas exfoliaciones químicas que normalmente se realizan en centros especializados a concentraciones elevadas.


Por otro lado, el scrub, que significa fregar en inglés, se refiere a aquellos exfoliantes cuyos gránulos son más grandes y que se suelen usar en tratamientos corporales.


Por último, el gommage es una palabra que proviene del francés y que significa para borrar. Estos exfoliantes tienen un formato gel o mascarilla con micropartículas suspendidas que combinan la exfoliación química con la mecánica.


¿Cada cuánto puedo hacer una exfoliación facial?

La periodicidad de la exfoliación dependerá del producto que use y del tipo de piel. Como norma general se recomienda hacerlo una vez por semana en el caso de pieles normales y secas y dos si se trata de una piel grasa. En el caso de las pieles sensibles lo preferible es hacerlo solo una vez al mes.


¿Cuáles son los beneficios de los exfoliantes?

Dependiendo del tipo de exfoliante que elija, de la regularidad con el que lo utilice y si este es para rostro o cuerpo, sus beneficios pueden variar. Por lo general nos pueden brindar los siguientes beneficios:

  • En primer lugar, se obtiene una piel más brillante: La eliminación de células muertas puede dejar la piel más brillante y eliminar sus impurezas.

  • También se suelen usar para mejorar la efectividad de otros productos de cuidado: Facilitan la correcta absorción de otros productos al eliminar la capa de células superficial y abrir los poros.

  • Se produce un incremento de producción de colágeno y elastina.

  • Y, por último, evitan la aparición de manchas y homogeneiza el bronceado al igualar el pH.

Riesgos y precauciones de la exfoliación


  • Buscar siempre un exfoliante según su tipo de piel, sobre todo en el caso de pieles sensibles o atópicas.

  • Antes de una exfoliación probar el producto en una parte del cuerpo para asegurarse que esta no se enrojece ni se irrita.

  • Tampoco se deben usar productos de exfoliación corporal en el rostro, ni ninguno de estos en los labios o en el contorno de los ojos.

  • Igualmente, no se deben de aplicar encima de heridas, cortes, cicatrices recientes, eczemas o piel infectada.

  • Por último, es preferible no depilarse ni tomar el sol inmediatamente después de una exfoliación.

Recomendaciones MEIREN


Exfoliar antes de hidratar


Después de las vacaciones toca volver a prestar atención a nuestra piel y empezar a prepararla para los próximos meses. El primer paso será someternos a una exfoliación facial y corporal. Debemos tratar la piel dependiendo de su naturaleza ya que no es lo mismo una piel seca, una piel mixta o una con tendencia acneica. La misma atención debemos poner en las diferentes partes del cuerpo a la hora de exfoliar la piel.


El segundo paso es el de hidratar la piel. Bien con una crema hidratante o bien con una loción, estos productos proporcionarán elasticidad y notaremos como la piel recupera el aspecto de siempre. Además, ayudan a recuperar la suavidad que nuestra piel ha podido perder por la exposición solar o el agua del mar. La acción de hidratar es un paso que debemos mantener durante todo el año y diariamente como norma general.

 
 
 

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